Nos podríamos remontar a la época de los homínidos para darse cuenta de que ya había solidaridad intergeneracional hacia los más necesitados de la tribu y no solo entre aquellos con estrechos lazos familiares.
Sin embargo, muchos sitúan el verdadero origen de lo que hoy podría conocerse como jubilación y pensión en la etapa del Imperio Romano. A aquellos legionarios que habían cumplido gran parte de su vida al servicio del emperador, una vez retirados, se les premiaba originalmente con tierras y posteriormente con un pago único monetario equivalente a más de una década de servicio como compensación. La razón por la que se dejó de compensar con tierras fue el recelo de los terratenientes que veían peligrar su monopolio territorial.
Una figura relevante a destacar en esta materia fue el alemán Otto von Bismarck (1 de abril de 1.815 – 30 de julio de 1.898), quien creó un sistema similar a lo que hoy es nuestra Seguridad Social. Este personaje histórico gestó una ayuda social para la gente de más avanzada edad de la sociedad.
Entre las razones de la creación de este sistema de subsidios destacarían además de por la propia solidaridad intergeneracional, por el interés de evitar posibles revoluciones y revueltas.
Otro hecho a destacar en este hilo es la creación de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en 1.919, que establece la relación laboral y el trabajo. Y por supuesto trata también la jubilación y las pensiones, como no podía ser menos.
Finalmente, otro importante hito fue la adopción en 1948 por parte de la ONU en su Declaración Universal de Derechos Humanos de los artículos 22 y 23, donde se recoge el derecho a una Seguridad Social y a una vida digna, completada a través de protección social si fuese necesario.