España se aleja de Europa en el tratamiento fiscal de los planes de pensiones.

Tras la entrada al nuevo año 2.021, el gobierno ha tomado una decisión perjudicial para el futuro del bienestar de los españoles.

De todos es conocido el grave problema demográfico en España y que las pensiones públicas no cubrirán las necesidades de la misma manera que ocurre en la actualidad.

También hay que ser conscientes de que el estado arrastra una ingente deuda que hay que seguir amortizando. Pero esto último no debe suponer óbice alguno para dañar los intereses de los futuros jubilados y de la economía en general.

En lugar de penalizar la fiscalidad de los planes de pensiones individuales, se debería de seguir ahondando en el ahorro del gasto superfluo y puestos a subir impuestos, hacerlo en aquellos impuestos que corrijan externalidades negativas, como es el caso de la contaminación por poner solo un ejemplo.

Y es que con medidas como estas, lo que conlleva es acabar con nuestra cada vez más escasa clase media, base fundamental para el bienestar de una sociedad. España se aleja del modelo europeo y traerá consecuencias.